Águilas Doradas vs Boyacá Chicó fue la representación de lo que somos como país

Águilas Doradas vs Boyacá Chicó fue la representación de lo que somos como país
abril 12 08:29 2021

Por: Luisa Fernanda Parrado M.

Cuando creíamos haberlo visto todo, ser foco mundial por las máximas colombianadas de la historia y padecer una sátira nacional que nos permite reír para no llorar; parecía utópico que en pleno siglo XXI los colombianos fueran noticia internacional, trending topic en Twitter y una vergüenza total a causa de lo que muchas veces nos salva de la realidad y devuelve la vida: el fútbol. Imagínese vivir en Suiza y perderse de presenciar un partido de 7 vs 11, por supuesto, querido lector, esto solo pasa en locombia o Colombia, no sé bien.

Seré breve para quien de pronto de manera sorpresiva aún no lo sabe: Águilas Doradas comunica a la opinión pública que 18 de sus integrantes resultaron positivos para COVID-19 siguiente de disputar un partido en condición de visitantes, motivo por el cual le pedían de manera oportuna a la División Mayor de Fútbol Colombiano aplazar la fecha aproximada, puesto que al tener 7 miembros más lesionados, solo contaban con un total de 7 jugadores para disputar su próximo partido contra el Boyacá Chicó.

El mensaje siempre fue claro por parte de la Dimayor: el partido se tenía que jugar, creyendo, tal vez, que de forma resolutiva el equipo del Oriente podía integrar a sus juveniles y así disputar de manera igualitaria el encuentro. Pero sucede, así como lo defendió el equipo local, que debido a la misma pandemia que alteraba este partido, la Copa Juvenil sub-20 no se desarrolla desde el año pasado, motivo por el cual los jugadores no solo NO se encontraban inscritos, tampoco en sus optimas condiciones para disputar un partido que dicen ser “profesional” de la primera liga a nivel nacional.

Se rumoró mediante todas las redes, que previo a la reapertura del fútbol en épocas de pandemia, los presidentes del FPC acordaron poder utilizar jugadores juveniles en caso de que el virus afectara de forma masiva sus conjuntos. Pero, lo que tal vez no saben esos mismos rumores, es que dicho “acuerdo” fue dejado a consideración y bajo sentido común, pero no en un acta formal y avalada por el máximo organizador del torneo. Ese mismo que exige casi de manera entorpecedora, cuanta cantidad de papeles, certificados y documentos haya que tener para llevar a cabo cualquier tipo de acción dentro del torneo. No sé si a ustedes, así como a mí, se les asemeja a uno de los gobiernos nacionales que comprobado estadísticamente, posee de los reglamentos legales que más atrofian y retrasan el desarrollo independiente e innovador de las PYMES nacionales. Como si de manera paralela se deban gobernar el país y el fútbol en el mismo proceder, ya deduzcan ustedes si es uno bueno o malo.

Siguiente a esto y sin salirnos del contexto nacional, Boyacá Chicó es la máxima representación de egocentrismo e individualismo evidenciado en la población colombiana promedio, la cual se ha negado en toda la historia a caminar de la mano del otro y por la misma vía. Si eres un típico poblador de este idealizado y fantasioso país, verás “normal” el hecho de que siempre haya unos más adelante que otros, más beneficiados que el resto y sacando ventaja de la situación que más se lo permita; porque a “papaya puesta papaya partida”, como también decimos en esta nación, la del realismo mágico.

No fue solo una completa falta de solidaridad y empatía por parte del equipo boyacense, fue toda una escena de circo -porque no daban sino risa- que aún con 4 jugadores más, no lograran anotar un solo gol en los primeros 45 minutos de tiempo. Tal vez, esta misma escena se les asemeja al colombiano que recoge la plata del trago y nunca pone, porque al igual que Boyacá Chicó, buscaba sacar provecho de una situación que debía ser igualitaria.

Se concluye de forma obvia que los equipos a punto del descenso son los más pequeños de un torneo; pero hoy, no es un Boyaca Chicó a punto de descender por su mal fútbol, sino un Boyaca chico por su falta de valores corporativos y fraternidad humana.

No todos logran ver a Águilas Doradas como las víctimas de esta película que todavía no logro identificar si es de ficción o comedia. Tienen la desventaja de ser representados por la palabra de uno de los presidentes más polémicos del balompié colombiano. Si en nuestra Colombia existe el clientelismo político, el del fútbol en todo se parece; porque ayer los que muchas veces han odiado a Fernando Salazar, dijeron apoyarlo y compadecerlo por la situación de su equipo.

La Dimayor amaneció siendo el “¿De qué hablas, viejo?” del torneo nacional; porque a sorpresa de todos, publicó las fotos del “partido” si es posible así llamarlo, con la misma normalidad que sale Iván Duque a anunciar le llegada de las vacunas, mientras el sistema de salud colapsa.

Si los del futuro leen esto quizás les parezca metafórico y utópico; pero, ojalá, uno de los que está leyendo viva para contarles que fue toda una realidad que evidenciamos gracias a vivir en Colombia, porque esto en Suiza no pasa.

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