Por: Juan Pablo Tabares Ortega
Estefanía Herrera es una joven ciclista del municipio de Argelia, quien cuando era niña fue desplazada por la violencia junto a su madre María Fanny Herrera y sus abuelos Faneri Marín Navarro y Octavio de Jesús Herrera, debido a que la guerrilla los amenazó si no abandonaban su tierra en el Oriente Antioqueño.
“Era muy niña, pero aún recuerdo los bombardeos, las balas perdidas, las muertes de los campesinos en la propia escuela y al frente de quienes en ese entonces éramos niños. Se sentía demasiado temor, y aún más con las constantes amenazas para que saliéramos de la finca”, contó Estefanía hace algunos meses en diferentes medios de comunicación del departamento.
Llegó a Medellín y fue en el velódromo Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez donde comenzó su carrera en el ciclismo, y gracias a sus entrenadores, especialmente los del equipo Coldeportes, ha obtenido importantes triunfos que hoy la posicionan como una de las mejores corredoras del país.
En cada competencia, su principal motivación es su pequeño hijo, Julio César, de 7 años de edad, a quien tuvo la pedalista cuando tenía 17. «Él es mi inspiración», relata Estefanía, quien es una de las principales referentes del ciclismo en el Oriente Antioqueño, región que la vio nacer.
Herrera, que ha sido campeona sub 23 de la crono en Costa Rica y Vuelta al Valle en 2016, al igual que de la Clásica de Marinilla y de Girardota en 2018, ha obtenido el triunfo más importante de todos: ser mamá y superar cada obstáculo que le ha presentado la vida.