El 28 de noviembre de 2016, el vuelo 2933 de la compañía LaMia que transportaba al plantel de Chapecoense rumbo al Aeropuerto José María Córdova de Rionegro, para disputar la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional, se precipitó y acabó con la vida de 71 personas.
Entre las víctimas fatales estaban 7 miembros de la tripulación, 19 futbolistas, 20 periodistas y 25 personas relacionadas con el club (dirigentes e integrantes del cuerpo técnico). Solo 6 personas salieron con vida: Erwin Tumiri (técnico de aviación), Ximena Suárez (azafata), los futbolistas Jackson Follmann, Alan Ruschel y Helio Neto, y el periodista Rafael Henzel (falleció el 26 de marzo de 2019 de un paro cardiaco).
Tras el trágico hecho, a las 6:45 p.m. del miércoles 30 de noviembre, justo a la hora y el día en el que debió haber comenzado el primer partido de la final de la Copa Sudamericana, el pueblo antioqueño se unió en un sentido homenaje a las víctimas del equipo brasileño que sufrieron el accidente aéreo en Cerro Gordo, en La Unión.
En esa oportunidad, miles de personas, hinchas de Nacional, Medellín y otros equipos, llenaron el Atanasio Girardot, vestidos de blanco y acompañados de ofrendas florales y velas blancas, para gritar a una sola voz «Vamos, vamos, Chape».
Es así como hoy se cumple un lustro de la tragedia del equipo de fútbol Chapecoense, suceso que conmocionó al mundo y selló para siempre los lazos entre Chapecó y Medellín.
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